No hay un solo dominicano que no tenga una gaveta para guardar sus cosas personales. En esa gaveta tenemos el primer diente de nuestros hijos, una mascota de cuando estábamos en el bachillerato, un souvenir de una boda que un amigo, el carnet verde de la UASD, una foto de peña Gómez, un afiche de Balaguer, un botón con la cara del Che, un póster de Jack veneno, un pedazo de una entrada al teatro nacional, una fotografía de bruce lee, una postalita de cuando éramos carajitos, un afiche de siete días con el pueblo, un autógrafo de Freddy beras, una foto bebiendo cerveza con Sixto buten, varios recordatorios e invitación a misa, un curriculum, un memorándum de una compañía a donde hace tiempo ya uno no trabaja, una copia del primer cheque que a uno le pagaron, una caja de preservativos de los que dan en las cabañas, una foto de cuando uno tenia 15 años, en fin, tenemos un grupo de disparates que ya no sirven para nada. ¿Yo no se por que? Pero definitivamente el dominicano no bota nada. Y lo grande es, que cuando éramos mas jóvenes, eso mismo se lo criticábamos a nuestros abuelos; pero pasa el tiempo y comenzamos a guardar una cosita por aquí, otra cosita por allá y terminamos teniendo una sucursal del vertedero de duquesa dentro de nuestra propia casa.
